El desafío persistente del acceso al aprendizaje

En el mundo de Covid-19 2020, la educación remota es la estrategia más viable para la escolarización.  Durante los primeros meses del año se declaró el estado de emergencia sanitaria en la mayor parte de América Latina. Se suspendieron las clases, sin predicciones precisas sobre cuánto duraría la suspensión.

La paralización del sistema educativo se consideró temporal. Sin embargo, debido a la naturaleza cambiante del Coronavirus y la imposibilidad de adecuar los sistemas educativos a los estándares del distanciamiento social, la educación a distancia continúa.

Recientemente, se ha pedido a las autoridades educativas que establezcan una fecha para el regreso a la escuela. Para responder a esa pregunta, se debe prestar atención a lo siguiente:

¿Cómo ha afectado el aislamiento a los adolescentes?

¿Qué acciones se han tomado para disminuir la desigualdad para los estudiantes que no pueden acceder a la tecnología que necesitan para aprender?

¿Cómo pueden los educadores utilizar la situación de la pandemia para crear nuevas oportunidades educativas que beneficien por igual a todos los estudiantes?

Brechas digitales y desigualdad educativa

Durante la pandemia, la desigualdad ha aumentado el diferencial de recursos entre los que tienen y los que no tienen en América Latina. El sistema educativo enfrenta un profundo diferencial entre lo que ofrece el sistema escolar actual y la dura realidad socioeconómica que padecen muchos estudiantes.

Una conclusión clave es que el estado facilitará una universalización de las herramientas tecnológicas para uso de todos. La escala de esta tarea implica un despliegue masivo de recursos. Algunas iniciativas gubernamentales ya han buscado democratizar las tecnologías y reducir la brecha digital.

Esto requerirá estrategias de varios niveles y el mantenimiento de una infraestructura para obtener los máximos beneficios de las herramientas. Estos programas claros y certeros son los primeros pasos para abordar el problema, pero no son suficientes por sí solos.

Un nuevo mandato virtual

A pesar de los desafíos, los educadores y las familias están extremadamente motivados para brindar una educación de mejor calidad para todos.

Solo entre el 20% y el 25% tienen acceso al aprendizaje a través de plataformas que permiten la sincronización, incluso si las modalidades requieren nuevos modelos pedagógicos. El desafío es superar los obstáculos para el 75% que aún no tienen acceso a estas plataformas.

Regreso a la escuela y transición a un aprendizaje de mayor calidad para todos 

Recientemente, la ONU declaró que los gobiernos deberían reabrir las escuelas en la medida en que lo permitan las limitaciones sanitarias.

Estamos viviendo un momento decisivo para la niñez y adultos jóvenes en todo el mundo. Las decisiones que tomen hoy los gobiernos tendrán un efecto duradero en millones de niños, así como en las perspectivas de desarrollo futuras de los países durante décadas. 

Se destacó que la pandemia ha sido la mayor perturbación de la educación a escala mundial. En este contexto, programar una fecha de reapertura de la escuela crea múltiples desafíos. Algunos países ya han establecido una fecha de devolución, mientras que otros no.

Conclusión

La pandemia nos ha obligado a repensar el aprendizaje como un todo. Debemos priorizar la competencia en razonamiento científico, alfabetización matemática y sentido cívico. Un objetivo clave es evitar la desconexión de los estudiantes.

Un estudiante que pierde el contacto con la clase y el maestro por un período prolongado de tiempo tiene más probabilidades de abandonar la escuela. La retención, por lo tanto, debe ser el objetivo más alto de las instalaciones educativas y la política gubernamental.

La escuela mejora las funciones humanas vitales, como el aprendizaje estructurado, los entornos sociales y los centros nutricionales.

También te puede interesar: Difícil predecir el futuro de la ES